En 1997 Abel Pintos, un joven oriundo de Ingeniero White, provincia de Buenos Aires, sorprendía al país con su voz y emotividad interpretativa. Desde ese momento su carrera no se detuvo. Recorrió escenarios del país y el exterior y luego de tres discos como intérprete comenzó una nueva etapa en su carrera artística: la de compositor, que le hizo ganar un lugar de privilegio junto a los grandes del folclore nacional.
- ¿Cómo nace Abel Pintos compositor?
- Yo tenía 18 o 19 años y, hasta entonces, nunca había pensado en dedicarme a componer y escribir canciones. En un momento muy especial de mucha sensibilidad y crecimiento, fundamentalmente desde las cosas que suceden y se sienten en el alma, comenzaron a nacer las canciones, de una forma absolutamente natural... Con el paso del tiempo se van aprendiendo cualidades técnicas, más la pura intuición de las emociones sigue siendo la protagonista.
- ¿Qué papel jugó tu familia en tu desarrollo como artista?
- La contención y la compañía, así como la confianza y la predisposición de quienes te rodean y mucho más aun de quienes llevas dentro, es muy importante cuando uno se decide a recorrer un camino que sabe que va más allá de ser su trabajo o su carrera y que tiene que ver con la vida que uno eligió. Fue muy importante que creyeran en mí y que nunca me presionaran ni empujaran a hacer nada, sino que me acompañaran en cada decisión que yo tomé con mis tiempos y mis necesidades. De esa forma nunca me sentí presionado y todo pude hacerlo con naturalidad, disfrutando de cada paso.
Me siento muy cómodo sintiéndome un artista popular, al que la gente quiere y respeta mucho. Saben que soy alguien que ama lo que hace"
Abel