Nos fuimos hasta la capital de Minas Gerais para vivir a pleno uno de los carnavales más convocantes y desprejuiciados. Te contamos cómo fue la experiencia de cantar y bailar en las calles de BH, en un festejo inclusivo y único en el mundo.
Estoy rodeada de colores, bailo entre una multitud alocada en la fiesta más alucinante de Belo Horizonte. La música brasilera me atravesó el cuerpo y no tengo idea de cuándo pasé de ser la periodista ocupada en registrar el evento a formar parte de uno de los carnavales más impresionantes de Brasil.
Es que claro, para contar lo que es esta fiesta hay que vivirla, sumergirse de lleno en la alegría de la gente y sentir en cada célula lo que significa esta celebración. Más de cinco millones y medio de personas se juntan a danzar y cantar en el carnaval que más creció en los últimos años.
La música brasilera me atravesó el cuerpo y no tengo idea de cuándo pasé de ser la periodista ocupada en registrar el evento a formar parte de uno de los carnavales más impresionantes de Brasil".
Marina
Carnaval toda la vida
En las calles, la fiesta arranca varios días antes de la fecha oficial. El “pre carnaval” es una celebración instalada tácitamente: la gente se pasea con sus disfraces o “fantasías” también los días previos al festejo. Es común ver en los hoteles, comercios, tiendas y restaurantes a personas lookeadas para la ocasión.
Mientras bailo, miro mi atuendo y siento que debí ponerme más brillo, más glitter, más plumas, más de todo. “Nada es mucho para el carnaval”, me dijo Paula, de la tienda de artículos de fantasías Estación Carnaval, cuando anduve por ahí comprando accesorios para este día. Algunos disfraces son mega producciones que incluyen tules, pelucas de colores flúo, medias de red, mucho pero mucho brillo y caracterizaciones de personajes insólitos y divertidos. La premisa para todos es ponerse lo que dé la gana: ser libre, auténtico y desprejuiciado.
Una fiesta para todos los colores
Dicen que el de Belo Horizonte es el carnaval “más libre” de todos. Jóvenes y minorías sexuales LGBTIQ+ de Brasil y del extranjero llegan para disfrutar de un ambiente democrático e inclusivo, con el único objetivo de pasarla bien, cantar y bailar mucho, pero mucho.
Aquí la fiesta es callejera: hay 536 “blocos” o bloques que recorren la ciudad en los llamados “tríos eléctricos”, que son camiones equipados con un sistema de sonido de alta potencia. En su techo llevan a una banda de música que toca para la multitud, que los sigue danzando y cantando.
Mulheres en la cima
Vamos siguiendo al bloco “Quando Come Se Lambuza” (que quiere decir algo así como “Cuando comes, te ensucias”) que este año, en su aniversario N°10, preparó un repertorio 100% femenino para rendirle homenaje a las mujeres, figuras importantísimas en esta ciudad y en todo el Estado de Minas Gerais.
Son 220 músicos y un centenar de bailarines que animan al público mientras suenan las canciones de las cantantes brasileras más icónicas de Brasil. La gente canta y baila al ritmo de los éxitos de grandes musas como Ivete Sangalo, Daniela Mercury, Marília Mendonça, Claudia Leite y Ana Castela. Yo soy una entre muchos, muchísimos, de los que vamos detrás de ese gigante trío eléctrico musical. No sé el idioma ni la letra de ninguna de las canciones, pero de alguna manera, logro cantar.
Saltando de bloque en bloque
El recorrido sigue, dejamos la calle Alfonso Pena y nos vamos hasta la Avenida Getúlio Vargas, en donde la fiesta continúa detrás del Bloco da Calixto.
Es un bloque nacido en 1980 y su propuesta temática es hacer mover los esqueletos al ritmo de la música ochentosa. El Chapulín Colorado, el Capitán América, Barbie y la protagonista de Flashdance bailan a mi lado, entre otros tantos caracterizados con personajes de aquella época.
La cantante mineira Aline Calixto se luce con su voz y canta hitazos de esos que sabemos todos, reversionados al estilo belorizontino. El repertorio fue pura nostalgia, con canciones que marcaron a una generación: Sweet Dreams, de Eurythmics; Thriller, de Michael Jackson, canciones de Madonna y de Xuxa, la Reina de los Bajitos, entre otras tantas.
El ambiente está a tope, me duelen las piernas de tanto sambar, tengo la alegría dibujada en el rostro y siento que no puedo estar más feliz cuando suena de pronto It´s raining men, y mi corazón explota de emoción.-