En el país trasandino se puede disfrutar de destinos imperdibles cerca de la ciudad capital, como Valparaíso y Viña del Mar.
Luego de un vuelo de 1 hora y 45 minutos arribamos a Chile. El calor de Buenos Aires se repetía con la misma intensidad en el país vecino.
Era nuestra primera visita y queríamos aprovecharla al máximo. En nuestra memoria surgían los innumerables libros leídos de Isabel Allende donde describía cada detalle de su tierra. Finalmente, sentarnos frente al Palacio de la Moneda iba a convertirse en realidad.
Valparaíso: Patrimonio de la Humanidad
A tan sólo 120 km de Santiago de Chile se encuentra esta ciudad que deslumbra desde la primera mirada.
Geográficamente, la ciudad se presenta ante los ojos del visitante en forma de un gran anfiteatro natural, emplazada en la bahía homónima y rodeada de cerros, en los cuales vive la mayor parte de la población.
Presenta una riqueza arquitectónica desarrollada principalmente a fines del siglo XIX y que sorprende a cada paso que damos.
Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, convirtiéndose en el tercer sitio chileno protegido por el organismo internacional, tras el Parque Nacional Rapa Nui y 16 iglesias de Chiloé.
“A Chile vienen turistas de todo el mundo, pero principalmente de Argentina y Brasil”, relata Álvaro, nuestro guía en la excursión.
Viña del Mar: La joya chilena
Casi como una continuación de Valparaíso se encuentra esta ciudad que sorprende por su mar, infraestructura hotelera y sus grandes edificios.
Cuenta con un clima mediterráneo que genera una sensación de bienestar en el cuerpo. Sentarse y contemplar el mar puede convertirse en la aventura más placentera del día.
Una parada obligada es para conocer el reloj de flores emplazado frente a la playa de caleta Abarca, en el nudo vial que une los caminos hacia Valparaíso. Fue construido especialmente para darle la bienvenida a los participantes de la Copa Mundial de Fútbol de 1962, que se jugó aquel año en la comuna.
Asimismo, se puede visitar el Museo Fonck. Fue fundado en 1937 y muestra objetos de los pueblos indígenas de Chile. Destaca su extensa colección de la cultura rapanui, de los atacameños, diaguitas, mapuches, habitantes de la zona central y extremo austral, además de una amplia colección de vasijas peruanas precolombinas. En el área de Ciencias Naturales existe una muestra de artrópodos y animales de diferentes zonas del país.