Dos senderos hacia los inicios
Para conocer los orígenes de la provincia, Corrientes invita a recorrer la Ruta de la Yerba Mate y la Jesuítica, donde se pueden contemplar antiguas ruinas de las misiones, entre las que se destaca la Capilla de San Alonso, construida hace 300 años en la localidad de Gobernador Virasoro.
Corrientes no es sólo sinónimo de carnaval, esteros y playas. Cuna de los pueblos originarios guaraníes, la provincia litoraleña ofrece un recorrido para acercar al turista a la costumbre argentina más reconocida mundialmente: el mate. Además, a pocos kilómetros, otro camino lleva a los viajeros hacia los comienzos del mundo jesuita, donde pueden visitarse las ruinas de las primeras misiones.
El mate, una religión
Para comprender cómo esta infusión llegó a ser una costumbre argentina por excelencia, Corrientes invita a recorrer la Ruta de la Yerba Mate, que la une con la provincia de Misiones, donde también se cultiva y se elabora este producto. El camino, que recibe un promedio de 200 mil visitantes por año, transita campos de tierra roja, vegetación abundante, patrimonios de la humanidad y legados jesuíticos, que acercan al turista a los orígenes de una tradición.
La ruta, que cuenta con el apoyo de las carteras de Industria, Cultura y Turismo de la Nación, recibe viajeros de diversos puntos de Argentina, Estados Unidos y Europa. Allí, 190 establecimientos artesanales, ecológicos e industriales permiten conocer el proceso completo de producción, desde las extensas plantaciones pasando por la cosecha, el secado, la molienda y el envasado del producto final.
Gracias a la yerba mate, la gastronomía típica local se impregna de un sabor original y único. Además, se puede degustar una amplia variedad de yerbas, descubrir sus propiedades y aprender sobre las diferentes formas de tomar mate, que van desde un mate amargo y caliente, con cascaritas de naranja o hierbas, hasta llegar a una versión fría, conocida como “tereré”.
En cuanto a la duración del recorrido, puede optarse por tres días y dos noches de alojamiento, dos días y una noche, o excursiones diurnas como los paseos a estancias yerbateras o establecimientos productores de yerba mate.
Por las ruinas de un tiempo lejano
La Ruta Jesuítica recorre las localidades de Yapeyú, La Cruz, Santo Tomé, San Carlos y San Alonso, donde las misiones jesuíticas dejaron su huella con capillas y construcciones antiquísimas. El camino se inicia en las poblaciones de Mocoretá y Monte Caseros, ubicadas a orillas del gran lago de Salto Grande, hasta llegar a Paso de los Libres, cuna del carnaval correntino.
El tercer punto del recorrido es Yapeyú, donde se conservan los restos de una de las más importantes antiguas misiones jesuitas de la región, fundada en 1626. Además, la ciudad se destaca por contar con relevantes espacios históricos como la Casa Natal del General Don José de San Martín, el Museo Sanmartiniano y el Museo de la Cultura Jesuítica.
Los Tres Cerros, las elevaciones más significativas de la provincia, indican la llegada a la ciudad de La Cruz, donde se encuentra el único reloj de sol que aún existe de aquella época. Pasando por Santo Tomé, a 14 kilómetros de la ciudad de Gobernador Virasoro, se alza la capilla de San Alonso, que fue declarada integrante del Patrimonio Cultural de Corrientes y de Interés Histórico Cultural.
La Ruta Jesuítica finaliza en la localidad de San Carlos, donde se haya la mayoría de los restos del pasado que conserva el país e inclusive, se conservan muros jesuíticos de dos metros de altura.
Para quienes desean acercarse a los orígenes, estas rutas correntinas son una opción ineludible. Los sabores y la historia llevarán al turista a comprender cómo fueron los primeros encuentros entre las diferentes culturas que habitaron el litoral argentino. Seguramente, será un buen momento para tomarse un mate.
Más información: www.rutadelayerbamate.org.ar