Una de las mejores bailarinas del país, que supo acercar la danza a todos los sectores sociales y brilló en los más destacados escenarios nacionales y mundiales.
- ¿Cómo supiste que la danza iba a ser tu vida?
- Cuando era muy chica me llevaron a ver “El lago de los cisnes” y les dije a mis padres que quería estudiar para estar ahí. Entonces, cuando tenía siete años comencé mis estudios en la escuela de Olga Ferri y a los pocos meses concursé para entrar a la Escuela de Danzas del Teatro Colón. Y así empezó la historia.
- ¿Cuáles son los trabajos que más disfrutaste en tus años de carrera?
- ¡Disfruté muchísimo! En una primera etapa, hice una gira de dos meses por todo Estados Unidos con el Ballet de Los Ángeles. Fue una experiencia increíble porque nunca había trabajado afuera de mi país con una compañía y conocí lugares impresionantes. Después, cuando empecé a bailar con Julio (Bocca), en la primera función en Italia, en el saludo final salí de la mano de Maia Plisétskaya. La verdad que nunca me imaginé que me iba a tocar vivir tantas cosas especiales.


- ¿Qué sentís cuando se habla de vos como una de las mejores bailarinas del país, precursora en acercar la danza a lo popular y masivo?
- Me siento responsable por acercar la danza, por haber generado ese nuevo espacio para la gente. Junto a Julio Bocca y a Lino Patalano era una preocupación que teníamos hace muchos años y fue un trabajo que llevó su tiempo y dedicación. Pero el hecho de haber hecho veinte Luna Park seguidos, un ballet en la cancha de Boca o de River, por ejemplo, dan muestra que logramos el objetivo.
Eleonora Cassano acompañó a Julio Bocca en su despedida de la danza el 22 de diciembre del 2007, junto a los principales bailarines del mundo. La convocatoria fue un éxito, ya que asistieron más de 300 mil personas. No es casualidad que la bailarina haya realizado su última función de ballet el mismo día, cinco años después.