Cambiar el ritmo, dejarse impactar por la naturaleza, disfrutar del silencio que propone la montaña, recorrer las calles de una ciudad amigable, saborear las especialidades gastronómicas propias de la Patagonia. Esquel, en la Patagonia argentina es un destino ideal para conectar cuerpo y alma.
Por tercer año consecutivo la ciudad de Esquel fue considerada ciudad hospitalaria.
Desde sus calles es posible comenzar recorridos que permitirán al visitante alejarse por unos días de la cotidianeidad y darse tiempo para disfrutar desde la calma: un
desayuno al pie de la montaña, una caminata por la orilla de un lago, una tarde de
sauna o una cena especial de sabores locales. Tiempo para tener tiempo.
Grounding: conectar con la tierra
¿Cuántas veces decimos que necesitamos aislarnos del mundo por unos días? Un viaje, una escapada de fin de semana largo pueden convertirse en realidad y dar una cuota extra de serenidad.
Esquel se ha convertido en uno de los destinos más buscados para quienes desean desarrollar actividades o habilidades relacionadas con el bienestar general. Desde
hace unos años una nueva técnica terapéutica ha comenzado a acercar curiosos e investigadores del Grounding (también conocido como Earthing) en la búsqueda de acercarse nuevamente a los conceptos naturales, a una reconexión con la tierra y sus virtudes para que vayan influyendo poco a poco en la respiración, para
permitir aquietar los pensamientos y, de esa manera, conciliar un sueño reparador y mejorar el estado general de ánimo y de salud.
La técnica es simple y consiste en dejar que la piel esté en contacto directo con
elementos naturales: caminar descalzos sobre la tierra por los verdes sombreados del Parque Nacional Los Alerces o una recorrida entre las piedras que surcan los lagos cristalinos que rodean la zona pueden influir positivamente en nuestro sentir. De lo que se trata es de una vuelta a los orígenes: dejar que los pies reciban de la tierra un masaje natural mientras se puede respirar tranquilos, y desconectar la mente y así permitirle al cuerpo sentir los beneficios que estos momentos proporcionan.
Esta paz que se alcanzar al armonizar el cuerpo con el espacio, permitirá disfrutar de otros placeres adiocionales del lugar.
Parar el cuerpo, activar el paladar
En la ciudad de Esquel la gastronomía local se abre a estas posibilidades imponiendo
en sus recetas sabores cuidados, secretos autóctonos, y materia prima regional que, con simpleza y calidad, deleitan.
“Nosotros tenemos una carta variada durante todo el año, pero para fechas como
Semana Santa priorizamos algunos platos”, señala Cristian de la Hostería y
Restaurante Cumbres Blancas.
“El menú especial este año está orientado al risotto con frutos de mar, la paella y la estrella de la casa que es la trucha patagónica con salsa de limón y papas españolas”, la más elegida entre los comensales y de la cual
se conservan los secretos de su especial sabor.
El postre ideal viene en una canasta de merengue, rellena con frutos rojos de la zona, bañada con el mejor chocolate artesanal. Una combinación de texturas, aromas y temperaturas que nos permiten descubrirnos en el placer de compartir una mesa.
El trabajo de la hostería Cumbres Blancas lleva muchos años y, enclavados en ese espacio tan natural, han sabido crear ambientes donde el turista pueda continuar su búsqueda y relajación. Una sala de sauna y un espacio de masajes están disponibles tanto para los huéspedes como para todos aquellos que deseen agregar terapias y relajación en su paso por Esquel.