Las Carreras
Tal es el caso de la estancia Las Carreras donde Inés Frías Silva, parte de la familia original, administra el lugar donde ella misma pasó su infancia. Hoy, con piezas textiles de tejidos y bordados artesanales, confeccionados por artesanos de la región, expresan con exquisitez el arte textil que se combina con el paisaje que inunda la sala, desde los amplios ventanales que hacen de muro en cada habitación. Los muebles de maderas rústicas y tientos de cuero siguen una línea encantadora que forjan el aire distinguido que preserva cada rincón. Los más románticos podrán detenerse un instante durante el atardecer, en medio de sus patios interiores, cuando el silencio se interrumpe por el murmullo del agua que corre suave, por entre las acequias que alimentan el riego en el lugar.
La historia de Tafí es mucho anterior a la llegada de los jesuitas y de los españoles. Tanto es así, que muy cerquita, en el pueblo de El Mollar, se encuentra el Parque de los Menhires, que son piedras de hasta dos metros de granito talladas, denominadas monolitos.
En un ligero paso por las páginas de la historia se puede sintetizar que los vestigios son de la cultura Tafí hasta la llegada del Inca (1470), los españoles (1543) y hasta los jesuitas, de 1718 hasta 1767, cuando comienza lo que hoy se puede ver al recorrer las estancias jesuíticas.
Desde San Miguel de Tucumán, por Ruta Nacional 38 y Ruta Provincial 307, se llega a esta villa turística de Tafí del Valle que da la bienvenida cuando el paisaje se abre con un suelo tapizado de verde y el espejo del dique La Angostura que refleja el cielo y se convierte en el paisaje ideal para los amantes de la adrenalina que disfrutan de los deportes náuticos. Estamos dentro de Tafí y su abanico de opciones entre los hospedajes, restaurantes y atractivos naturales, la convirtieron en un anclaje del turismo en Tucumán y del Norte argentino.
Muchos saben que aquí se instaló la orden jesuítica y que desplegó hacia 1718, un conjunto de establecimientos productivos que quedaron en pie cuando la Orden fue expulsada del continente. Distintas familias tucumanas adquirieron estas tierras y hasta hoy se pueden ver las estancias Las Tacanas, La Banda, hoy Museo Histórico Nacional con su capilla; la estancia El Churqui; Los Cuartos y Las Carreras. En aquella época los jesuitas trajeron entre sus ideas, la receta del queso “manchego” de la zona de canal de La Mancha, y en estas tierras se “argentinizó” y en lugar de leche de oveja se elaboró con leche de vaca, que continúa hasta nuestros días y que convirtió a este producto en los famosos “Quesos tafinistos”.
La estancia Las Carreras tiene su marca en estos quesos con la letra “M” como la yerra, y quienes visitan el establecimiento pueden recorrer la quesería, conocer el proceso, el paso a paso del maestro quesero, y probar el producto final.
La estancia tuvo hacia el 2001 su primera apertura al turismo, y como hospedaje, ampliaron un ala con nuevas habitaciones donde el diseño es tan cuidado que, si no comentan este dato, semeja tal cual el edificio original.
Las cenas, los almuerzos, las meriendas son un despliegue de gastronomía criolla y regional con el toque gourmet que exige el lugar. Pero claro que, entre todas las historias familiares, aún perduran algunas costumbres de campo como una de las cabalgatas clásicas que realiza la estancia, convertida en un imperdible de este establecimiento. Hay senderismo y su cercanía con atractivos naturales la integran a las propuestas de turismo activo en toda la región.
Si algún dato se le escapa, la clave está en recorrer el Museo de la Banda con su capilla, donde podrá conocer en profundidad la obra jesuítica y en plena villa veraniega, en la estancia Los Cuartos, la propuesta es “Un viaje en el tiempo hacia 1910”, una experiencia que con las tecnologías contemporáneas, como utilizan museos de Barcelona, se logra conocer en profundidad la vida de las personalidades que desplegaron la vida en este sitio.