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Nancy Luna

Río de Janeiro: Mucho más que playas y carnaval

La “Ciudad Maravillosa” ofrece propuestas que se suman a los atractivos de un lugar reconocido y amado por sus bellas playas y alegres carnavales. Una gran urbe en la que conviven museos, parques y recorridos inmersos en un paisaje natural sin igual.

Llegó el día. Con mi pequeña valija emprendí mi tercera visita a esta ciudad que amo, pero esta vez decidida a ir más allá de la arena. En mi caso –y como sucede con un alto porcentaje de argentinos y viajeros del mundo entero-, hay una relación casi inexplicable de enamoramiento con este destino. Si tuviera que mencionar algunas de las razones que cautivan mi corazón, podría decir que adoro su clima, sus playas con amaneceres y atardeceres imponentes y la calidez y hospitalidad de toda su gente.

 

Río de Janeiro es una gran urbe que ofrece innumerables paseos y experiencias únicas para todos los gustos y presupuestos. Así vayas solo, en familia, en pareja o con amigos, siempre vas a pasarla bien.

En los últimos años, la ciudad sumó varios atractivos a los ya tradicionales puntos turísticos: además de las clásicas postales del Cristo Redentor, el Pan de  Azúcar, El Maracaná y la Escalera de Selarón, hay tanto nuevo por conocer que uno no quiere quedarse quieto ni por un minuto.

BioParque: Un espacio sustentable para los animales

Mi recorrido comenzó temprano, a las 9 de la mañana. Apenas atravesé la imponente entrada del BioParque de Río, una vegetación verde y frondosa me rodeó. Esa bienvenida colmada de tanta naturaleza me llenó de frescura, me regaló una sensación de libertad plena.

Un guía del lugar me anticipó lo que pronto comprobaría por mí misma: “la Revista Veja, uno de los principales medios de comunicación de Río de Janeiro, realizó en el último año una encuesta y este lugar fue elegido como el más querido por los habitantes”, me dijo. Me bastaron algunos minutos para darme cuenta de la verdad en este dato, fui testigo del entusiasmo con el que familias y grupos de estudiantes llegaban para conocer cada rincón.

El concepto de su creación se basó en la Educación, Investigación y Conservación de los animales. El antiguo zoológico de Río de Janeiro se transformó en el BioParque, un lugar en el que se desarrollan constantemente proyectos de investigación, con el foco puesto en la conservación de especies y en el que se transmite a los visitantes información ambiental.

Está dividido por áreas que se asemejan a los hábitats naturales de los animales, sin rejas ni espacios reducidos. Leones, tigres, elefantes, osos y reptiles son algunas de las especies que aparecen moviéndose libremente, al caminar entre senderos y puentes. Todo es un gran lugar abierto en donde la sensación es la de estar dando un paseo por la selva africana.

Hay, además, un gran espacio que reúne a diversas aves, un lugar que simula un bosque e invita a adentrarse en una experiencia inmersiva, junto a tucanes, guacamayos y loros. También hay hábitats recreados para animales de sangre fría, como serpientes y caimanes, así como espacios para animalitos de granja, como pollos y vacas.

Museo del Mañana: Vanguardia en primer plano

A simple vista, lo que sorprenden son dos cosas: el diseño y el lugar donde está emplazado. Realizado por el arquitecto español Santiago Calatrava, impacta por su modernidad y sofisticación. El plus es sin duda su ubicación: junto al mar, en el Muelle Maua, en la zona portuaria de la ciudad. Vale el dato para organizarse y destinar un tiempo para disfrutar la vista, la tranquilidad y la paz del lugar, antes y después de la visita al museo.

El Museo del Mañana invita a viajar por el tiempo, a dar un vistazo a lo que será nuestro planeta en un futuro. Nos ayuda a reflexionar acerca de la superpoblación de la Tierra y del caos que estamos causando con nuestras acciones. Propone una mirada distinta y una apuesta al cuidado del lugar en donde vivimos.

Conocido como “una nueva generación” de museo de ciencias, el Museo del Mañana apunta a transformar nuestro pensamiento para dar forma a los próximos cincuenta años de vida en este planeta, en una coexistencia sostenible y armoniosa. Su idea principal se basa en que “el mañana no está listo”, no es una fecha en el calendario ni un lugar al que vamos a llegar, sino una construcción en la que todos participamos.

Este museo es un museo de ideas, donde la mente -y porqué no el alma- está activa todo el tiempo mientras se lo recorre, frente a las propuestas que invitan a reflexionar.

Mediante experimentos y experiencias, el museo abre un abanico de futuros posibles, realidades a las que podríamos arribar por las consecuencias de nuestras acciones.

 

El museo -diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava- explora la relación entre la ciudad y el entorno natural. Incluye 5.000 metros cuadrados de espacio de exposición temporal y permanente, así como una plaza de 7.600 metros cuadrados que envuelve la estructura por alrededor y se extiende a lo largo del muelle.

Al salir, volví a la orilla del mar y me senté a pensar sobre el impacto ambiental en el planeta. Tal vez este lugar de naturaleza maravillosa en donde se emplaza el Museo del Mañana no haya sido elegido aleatoriamente sino para dejarnos un mensaje claro: “esto es la tierra, esto es vida, cuidémosla”.

AquaRío: Inmersos en el océano

Desde que ingresás a AquaRio sentís que te sumergís en el mundo marino. Sus números son grandiosos: 26.000 m2 de área construida, más de cuatro millones y medio de litros de agua de mar y una capacidad máxima para albergar hasta 8.000 animales marinos de 350 especies distintas. Todo ello lo convierte en el acuario marino más grande de Sudamérica.

Los colores azulados en el recorrido, la luz tenue, el silencio propio de las profundidades recrean un mundo acuático increíble. Su atracción principal es un enorme túnel de paredes acrílicas de 20 metros de largo y dos metros de ancho, diseñado para tener la sensación de una inmersión total mientras se lo recorre, a 7 metros de profundidad y en medio de tiburones.

Tuve la necesidad de quedarme allí un largo rato, contemplando el movimiento de los peces, viendo cómo ese espectáculo asombroso cambiaba a cada instante, con la aparición de distintas especies, con el ir y venir del agua.

Es un lugar ideal para los niños, pero te aseguro que se disfruta a todas las edades.

Yup Star: La rueda de la fortuna más grande de Latinoamérica

Este fue el último paseo que realicé en mi visita a Río de Janeiro. ¿Te cuento por qué? Tengo (o tenía) miedo a las alturas. Confieso que viajé bastante y la última rueda gigante que visité fue la de Las Vegas, en Estados Unidos. No me subí.

Sin embargo, frente a esta construcción enorme que me miraba desafiante, me dije: “¿Y  por qué no?” Tomé coraje, saqué mi boleto y me animé a vencer mis limitaciones

La rueda es imponente. Adentro del cubículo sólo sentís seguridad y ningún tipo de movimiento. Aunque hoy me parece increíble, logré mantenerme relajada todo el tiempo, fue una experiencia totalmente placentera. La disfruté.

Allá arriba parecía que el sol de la tarde brillaba más cerca que nunca. La rueda está tan perfectamente ubicada que al llegar a la cúspide se puede contemplar toda la zona del puerto y la inmensidad del mar hacia un lado, y la grandeza de una de las ciudades más bellas del mundo hacia el otro. Una visión perfecta del lugar en el que se entremezclan lo moderno y lo antiguo, la construcción del hombre en medio de tanta naturaleza. Una ciudad única.

Me quedan días de recorrido para disfrutar de las playas, la arena caliente, el sol y unas deliciosas caipirinhas, por supuesto. Me llevo de este viaje más razones para enamorarme y siempre querer regresar.

Tengo una relación casi inexplicable de enamoramiento con este destino. Su clima, sus playas con amaneceres y atardeceres imponentes y la calidez y hospitalidad de toda su gente siempre cautivan mi corazón".

  • Te recomiendo ir con tiempo para disfrutar cada una de las excursiones al máximo. Para el BioParque, el Museo del Mañana y AquaRío, sería ideal que dispongas de un mínimo de 3 horas, y para Yup Star, de aproximadamente 1 hora.

  • Podés llevarte tu vianda, pero todos estos lugares cuentan con ofertas gastronómicas variadas para disfrutar de algo rico.

  • Andá a todas estas excursiones con calzado, ropa cómoda, gorrito y protector solar.

  • El trayecto que va desde el Museo del Mañana al AquaRío se puede hacer a pie, y te lo super recomiendo porque vas a tener un premio en el camino y una parada obligada que te va a encantar: en la zona del puerto se encuentra el Muro das Etnias, una pared impresionante con el grafiti mais grande do mundo.

El Muro Das Etnias, la joya que te vas a encontrar en el camino entre el Museo del Mañana y AquaRío.
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Nancy Luna

Nancy es Licenciada en Comunicación Social y codirectora de Cambio de Aire. De esta manera, pudo fusionar sus dos pasiones: viajar y escribir. Seguinos en nuestro Instagram @cambiodeaire.cda

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