De las guerras calchaquíes y de los habitantes diaguitas de este suelo, se perciben sus ecos en cada piedra de la Ciudad Sagrada de los Quilmes y es a donde todos quieren llegar cuando emprenden una recorrida por la mítica Ruta Nacional 40. Se trata de uno de los sitios arqueológicos más importantes del Norte argentino, que atrae visitantes de todo el mundo que convierten a la travesía en una experiencia que une pueblos, culturas e historias.
Las famosas ruinas de Quilmes, en el oeste tucumano, constituyen uno de los principales sitios arqueológicos de la Argentina. Por su magnitud, el estado de conservación y el paisaje donde está emplazado, sorprenden inmediatamente a quienes lo visitan y de esta manera, caminar entre sus pircas o sitios ceremoniales, se convierte en una experiencia inolvidable. Para disfrutar aún más de la visita, es imprescindible realizar primero el recorrido guiado por el moderno centro de interpretación, que se encuentra en la base de la Ciudad Sagrada, ya que de esta manera tendremos una dimensión de lo que estamos a punto de conocer.
Pero vamos por parte. Para llegar a este sitio único se deben recorrer primero, unos 180 kilómetros desde San Miguel de Tucumán, tomando la Ruta Nacional 38 hacia el sur, y al llegar a la localidad de Acheral, tomar hacia el noroeste por la selvática Ruta Provincial 307, que conduce hasta Tafí del Valle. Allí, al adentrarnos en los más áridos valles Calchaquíes, continuamos hasta cruzar la Ruta Nacional 40, pasando Amaicha del Valle. Sólo recorremos tres kilómetros de esta mítica vía terrestre hasta llegar al ingreso del sitio arqueológico, que tras unos 5 kilómetros de ripio, nos depositan en el Centro de Interpretación y la mismísima Ciudad Sagrada de Quilmes.