Y aquí, en este aspecto, llegamos a lo que nos convoca: la noche tucumana. Un territorio plagado de opciones gastronómicas, culturales, de entretenimiento para jóvenes, para grandes, para todas las edades. Tucumán, de noche, cambia su tránsito rutinario por la variedad de sus propuestas ubicadas en distintas zonas de la ciudad y en muchas de las localidades del interior provincial. Desde hace tiempo, el entretenimiento y las salidas nocturnas son unas de las primeras opciones a la hora de la elección de la provincia como destino a visitar.
El tucumano, atravesado por sus orígenes criollos, coloniales, junto a la inmigración europea y de medio oriente, ama a su tierra y se brinda abiertamente para recibir a quienes lo visitan. Como en toda esta región del país, sus habitantes son amables, amigueros, orgullosos de su provincia. El café, la plaza, la peatonal, son los ambientes naturales donde el tucumano, ruidosa y alegremente, demuestra día a día su esencia. Los turistas lo notan, apenas arriban a San Miguel de Tucumán, en los bares de la calle 25 de Mayo, en el Barrio Norte, en el Bajo, en el Parque 9 de Julio o en cualquier rincón de esta ciudad.
Más de 30 vuelos semanales desde Buenos Aires, dos frecuencias semanales desde Córdoba e Iguazú, y la posibilidad de conexiones semanales desde Mar del Plata en temporada de verano, ponen al alcance de los visitantes este destino turístico incomparable. En micro o en auto desde cualquier punto del país, se accede a la capital provincial por las rutas nacionales 9 (desde Santiago del Estero por el sureste y desde Salta por el norte) y 38 (desde Catamarca por el sur).
Una de las primeras elecciones a la hora de disfrutar de la noche tucumana son las peñas folklóricas, que cada día suman nuevos espacios para escenificar lo mejor de la cultura y las expresiones artísticas del norte argentino, acompañadas por los platos típicos que aquí se ofrecen. Como en muchas ciudades norteñas, desfilan por estos reductos desde los artistas nóveles hasta los más consagrados de la región, y muchas veces puede tocar en suerte ser parte de un show de alguna de las más destacadas de la escena folklórica nacional.
Tucumán tiene, justamente, una peña típica considerada la más antigua del país: El Alto de la Lechuza, ubicada en la tradicional esquina de avenida Laprida y Marco Avellaneda, a pocas cuadras de la plaza principal de la ciudad. El puente ferroviario Central Córdoba al frente y la alta vereda sobre la que se ubica la peña enmarcan una de las postales tucumanas. Con una nueva gestión comercial y artística, el Alto de la Lechuza ofrece cada fin de semana espectáculos en vivo y comida regional como locro, humitas, tamales y parrillada.
Otro espacio folklórico de gran convocatoria y que, al igual que el Alto, abre de martes a domingo por la noche, es la Peña la 9, que ofrece cada noche una propuesta artística en vivo, karaoke o fiestas temáticas, acompañadas de comidas regionales, en un espacio ideal para disfrutar hasta casi entrar en la madrugada. Esta peña se encuentra en calle 9 de Julio al 345, también muy cerca del centro capitalino.
La Casa de Yamil, entrando en la zona norte de la ciudad, es un espacio más familiar que atiende todos los días con su cocina típica y la presentación, los fines de semana, de los más destacados folkloristas tucumanos y de todo el país. Esta peña se encuentra en calle España 153, a unas 10 cuadras del centro de la ciudad. El recorrido por las peñas tucumanas nos lleva también al Patio de Comidas El Cardón, a sólo una cuadra de Plaza Independencia, donde se pueden degustar unas de las mejores empanadas de la provincia. Si bien el atractivo principal de este hermoso lugar es su comida regional, la música también se hace presente los fines de semana en un fresco patio donde contemplar el bello cielo tucumano. El Cardón se encuentra en calle Las Heras 50, entre 24 de Septiembre y Crisóstomo Álvarez.