Llegó el día más ansiado de nuestra estadía: nos espera un paseo en catamarán para recorrer las playas e islas más lindas de Buzios y, por supuesto, hacer snorkel en esas aguas transparentes.
Desayuno con vista al mar en el Colona Park Hotel, mucho protector solar, gorrito y todas las ganas de vivir esta experiencia. A las 11 ya estamos listos en el lobby, esperando la combi que nos llevará al puerto para embarcar.
Todos a bordo
A pesar de que hay algo de viento, nuestro catamarán, el Libertas IV, es súper estable y vamos transitando las aguas de una forma tranquila: el temor por los mareos de las niñas pasó, Lola y Charo están felices, disfrutando la vista desde el primer piso de la embarcación.
Un DJ musicaliza el ambiente y la cosa se empieza a poner cada vez mejor. Hay una pista de baile y la gente comienza de a poco a perder la timidez. Algunos se toman fotos con el genio a cargo de la música, y otros se animan a mostrar su ritmo con algunos pasos. Desde la barra, salen las caipirinhas y las cervezas bien heladas.
Estefi, quien nos acompañará en la aventura, nos alcanza los equipos de snorkel. Nos vamos preparando para la primera de las paradas en las aguas que coronan la playa de João Fernandes. Flotadores de colores para todos y estamos listos para admirar las bellezas del mundo marino.
De nosotros, la primera que salta es Lola. Su expresión debajo de la máscara es de una mezcla de emoción y frío: el agua está helada, pero poco parece importarle. Charo duda unos instantes y todos la arengamos para que se anime. En unos segundos está junto a su hermana esperándonos. Leo y yo, al agua sin peros. Ya estamos los cuatro nadando con el grupo. Estefi nos dirige y nos lleva hasta el parque de corales más grande de toda la región. “No se puede tocar a los peces y aquí deben nadar en la superficie”, nos indica. Es que la primera regla es cuidar y respetar a la naturaleza y, además, tomar los recaudos para no pincharse con ningún erizo ni cortarse con los corales. Cara al agua y a mirar.
Espiando por un rato el mundo marino
Es impagable lo que veo tanto dentro como fuera del agua: en las profundidades, un cardumen de peces con rayas amarillas y negras baila debajo de mi cuerpo. Están tan cerca que es maravilloso sentir su movimiento rompiendo el silencio que reina allí abajo. Fuera del agua, las caras de asombro de mis hijas me regalan otro espectáculo igual de increíble: salen por pocos segundos, sonríen y vuelven abajo a mirar.
Una media hora después, volvemos al catamarán y seguimos viaje hacia la segunda parada. En el camino, vamos recorriendo distintas playas mientras Sebas, el guía argentino que vive hace más de 15 años en Buzios, nos va contando la historia detrás de cada uno de estos lugares. “En total pasaremos por 12 playas y 3 islas, y haremos 3 paradas”, dice, y nos explica que como la empresa prioriza que el paseo sea seguro, debido al viento que hay hoy y por recomendación de la Marina de Brasil, la segunda parada que se hace habitualmente en Ilha Feia se hará en Azeda y Azedinha, y la tercera, como siempre, en Praia da Tartaruga, la playa con las aguas más cálidas de todo Buzios.
Alternamos snorkeling, tragos y baile. Ya pasamos la tercera parada y el barco es una fiesta. DJ Blindado logra que su música nos ponga en el centro de la pista a todos. Baile con trencito incluido, palmas arriba, celebrando la vida y agradeciendo esta oportunidad. Nos vamos felices y llenos de la energía de la naturaleza.
Obrigada por esta increíble experiencia.
