Marina Posse
Marina Posse

Vacaciones familiares en Buzios: qué saber si vas con niños

Uno de los destinos más bellos de Brasil, con opciones para grandes y chicos. Te cuento cómo fue nuestro viaje y todos los tips y recomendaciones que tenés que saber para disfrutar de tus vacaciones en familia.

Tips y recomendaciones para tu viaje en familia
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    El relato de nuestro viaje

    Era nuestra segunda ida a Buzios, esta vez con nuestras hijas. En 2019, el paraíso brasileño nos conoció a mi marido Leo y a mí festejando nuestro décimo aniversario de casados, solitos y en plan romántico. Volvimos enamorados, el uno del otro y del lugar, obviamente. Como todos los que pisan Buzios por primera vez, fantaseamos con la idea de vender todo e irnos a vivir a ese olimpo natural. Allá, más del 20% de la población está constituida por argentinos que se animaron a cambiar de vida y adoptar un estilo de short y ojotas durante todo el año. “Me levanto temprano, desayuno y voy a la playa. Al mediodía vuelvo a casa, hago algún pendiente, almuerzo y duermo una siestita. A las 5 de la tarde entro a trabajar de mozo al restaurante, hasta las 11 de la noche”, cuenta Santiago, un compatriota que vive en Buzios desde hace 5 años con esta rutina relajada.

    Una de las cosas que impacta (como pasa en general en todos los lugares de Brasil) es la buena onda y alegría de la gente. En Buzios viven del turismo, así que esto se potencia: todos están dispuestos a ayudarte con una sonrisa, te sentís bienvenido, te dan ganas de quedarte (sí, incluso a vivir).

     

    Dicen que el primer amor nunca se olvida

    Aunque aún no nos animamos a tomar la decisión tan drástica de abandonar nuestro lugar e instalarnos en Buzios, elegimos sin dudar el destino para hacer este viaje familiar.

    De aquel primer enamoramiento, una de las playas nos quedó prendida del corazón: João Fernandinho. Es un paraíso pequeño, de no más de 100 metros de largo, rodeado de morros y con un agua clara y transparente plagada de botes y barquitos que pintan una escena de cuadro. Los atardeceres allí son algo aparte: el sol se esconde en el mar y dibuja las siluetas de los fanáticos que nos quedamos hasta tarde en la playa.

    Para esta ocasión, buscamos un hotel cerca de nuestro paraíso favorito, y encontramos –oh sorpresa- uno que cumplía sobremanera este requisito fundamental: Colonna Park.

    Este hotel está ubicado en lo alto de un acantilado y tiene a sus lados escaleritas que bajan directamente a la playa, una de ellas a João Fernandes y la otra, a su hermanita menor, la bella João Fernandinho. Un plus enorme es que el alojarte aquí te garantiza una sombrilla y reposeras gratuitas en la playa de nuestros amores.

    estoy con las personas que más amo, en el paraíso que tanto deseé. No puedo pedir más”.

    Un cumpleaños en el paraíso

    Fuimos manejando la ansiedad de Loli y Chari, las pequeñas de la casa, que la noche anterior no durmieron de tanta emoción. El vuelo salía temprano, justo en el día de mi cumpleaños, así que en algunas horas ya estábamos festejando en nuestro destino.

    En el viaje hacia el hotel, el chofer del taxi nos cuenta que estuvo lloviendo las últimas tres semanas. “Hoy es el primer día de sol”, dice, y por dentro sé que esa noticia es un regalazo de cumpleaños

    Habitación familiar en el segundo piso del hotel Colonna Park y una vista que corta el aliento. (Debo confesarlo, tengo ganas de tirarme de cabeza directo hacia el mar). Las cortinas blancas de la ventana flamean y contrastan con el agua turquesa que aparece de fondo, ahí nomás, cerquita como lo soñamos.

    la vista soñada de la playa joão fernandinho desde nuestra habitación en el hotel colonna park.

    Trajes de baño, shorcitos y salimos desesperados a la playa. Las niñas están felices, nos miran como si se les hubiese revelado una verdad y ahora por fin entendieran por qué amamos este lugar.

    Leo alza la vista, recorre con su mirada la playa y me sonríe. Charo corre hacia mí y me abraza. Lola se suma. “Feliz cumple, má”, dicen al unísono. Y yo siento que el corazón me explota: estoy con las personas que más amo, en el paraíso que tanto deseé. No puedo pedir más.

    ¿Querés conocer nuestro ranking familiar de playas en Buzios? 
    Leé aquí la nota.

    Para tener en cuenta (¡y más si vas con niños!)
    • Uno de los encantos de Buzios es que sus playas son agrestes y mantienen una belleza natural, por lo que muchas de ellas no cuentan con baños ni infraestructura comercial.

    • En casi todas las playas te ofrecen hacer deportes acuáticos como snorkel, stand up, paseos en kayacs, etc. Nosotros nos animamos al stand up en Ferradurihna, que durante este viaje encabezó el top ten junto con Fernandinho.

    • Los bares de playa no te cobran por usar sus sombrillas y reposeras, pero sí te exigen una consumición mínima. La carta está compuesta mayormente por “petiscos” (lo que nosotros llamaríamos “algo para picar”), pescados y mariscos que vienen siempre acompañados por arroz frito, frijoles y farofa, además de ensalada y papas fritas. Obvio que las caipis y las cervezas corren aquí más que el agua, y las niñas se castigaban con juguitos de frutas naturales que son exquisitos (el favorito, de maracuyá).

    • Tené en cuenta que en Buzios hay que caminar, por lo que si tus niños son muy peques o poco paseanderos, no es el lugar ideal.

    • Las calles son en subidas y bajadas, de baldosas y adoquines irregulares (sobre todo en el centro), así que ni se te ocurra llevarte tacos (no, ni siquiera esas sandalias de taco bajito o mini plataforma, porque vas a correr el riesgo de quebrarte un tobillo, además de quedar muy ridícula). Acá todo es en chatas: ojotas, sandalias, zapatillas…

    • Por las noches, depende la época, puede haber algo de vientito o refrescar apenas, así que está muy bien llevar algún abrigo liviano.
    ¿Mami, me comprasss?

    Si bien Buzios no es de los destinos más económicos de Brasil, lo bueno es que tenés muchas opciones, sobre todo para esos antojos de playa y para saciar los pedidos de los niños que –oh my good– SIEMPRE tienen hambre. Además, no necesitás contar con demasiado efectivo porque todos ofrecen medios de pago electrónicos, incluso los vendedores ambulantes.

    Todas estas opciones, por 10 reales:

      • Un milho quente (o choclo caliente, para hablar en criollo)
      • 3 pinchos de langostinos playeros
      • un pincho de queijo (queso) asado (o 3 por 25 reales)
      • un helado de  açaí (un fruto súper dulce, propio del lugar y que parece que tiene múltiples propiedades y vitaminas) Depende el tamaño del vasito en el que te lo sirvan, puede salir también 12 o 15 reales. A las chicas les encantaba, les ponen distintos toppings, como granas, cereales y maní, y salsas de distintos sabores. Bien valen una merienda.
      • 3 brigadeiros. Como postre, van como piña. Son unos bomboncitos tipo trufas de un chocolate cremoso exquisito. Vienen cubiertos de coco, granas, maní y otras delicias.
    • Ya te conté que para usar las reposeras y una sombrilla (creeme que la vas a necesitar) tenés que consumir. Lo que te exigen varía en cada playa y según la época del año. En algunas te piden una consumición mínima de 50 reales (dos tragos, ponele) y en otras, además, un plato de los principales (parten aproximadamente de los 100 reales).

    • Aunque no lo creas, ¡salen mucho las empanadas! (ellos las llaman pastel) Incluso las venden los vendedores ambulantes, de jamón y queso, camarón, carne, entre otras. La media docena está 60 reales.

    • Si te da para darte el gustito de comprarte en la playa algún vestidito, bikini y/o lonita, tenés que desembolsar algunos reales más. Hay bikinis desde 80 y vestidos arriba de 100 (ojo, porque algunos están más caros que en el centro).

    ¿Te gustaría conocer la excursión en catamarán que hicimos por las islas y las playas de Buzios? 
    Leé aquí la nota.

    Qué hacer en las noches

    Si después de todo el día de playa aún les quedan ganas de más, Buzios es un lugar hermoso para pasear también por las noches.

    Aunque hay muchas opciones para parejas y solos, como bares y lugares para bailar, con niños los planes son más acotados. Nosotros disfrutamos de salir a caminar por Rua Das Pedras, la calle de un centro súper pintoresco y lleno de comercios. Tenés para comprar souvenirs, ropa o accesorios, además de todas las alternativas gastronómicas que te imagines: pizzas, carnes, hamburguesas y, por supuesto, pescados, entre otras.

    Para la noche de mi cumple, fuimos a festejar a Chez Michou, uno de los lugares más concurridos y con más onda de Buzios, que hace creps dulces y salados y está ambientado con una decoración selvática. En plena temporada se llena muchísimo, pero vale la pena esperar para vivir la experiencia.

    Chez Michou, un clásico de Buzios en donde podés disfrutar crepes dulces y salados en un ambiente con mucha onda.

    Otra opción para hacer algo distinto es la feria gastronómica que tiene lugar todos los jueves en la plaza de Ferradura, muy cerquita del centro. Hay puestos en los que podés comer de todo: desde sushi y tacos, hasta empanadas, woks y hamburguesas. La gente del lugar se lleva reposeritas y sillas y se sientan en grupos a comer rico y charlar. Hay música en vivo e incluso baile. Es un buen plan para variar la ida al centro y disfrutar una noche diferente.

    Otro imperdible es el paseo por la Orla Bardot, una costanera que va desde Praia Dos Ossos hasta el centro. Es ideal para cenar con una vista hermosa y tomar fotos, obviamente una de ellas con la escultura de Brigitte Bardot, la actriz francesa por la que Buzios saltó a la popularidad. En su homenaje se bautizó con su nombre a esta calle, que cuenta con locales gastronómicos más económicos a la altura de Praia Dos Ossos, hasta otros súper exclusivos llegando a la zona del centro.

    Nos quedó pendiente un lugar que está muy cerquita de Praia de Geribá: Porto da Barra, un centro comercial relativamente nuevo que tiene bares y restaurantes y que es el elegido por la gente para ver unas puestas de sol soñadas.

    La feria gastronómicoa de los jueves propone una alternativa distinta para cenar. Puestos con comidas variadas y un ambiente relajado para disfrutar entre amigos.

    Paseando por rua das pedras, el centro de buzios, con montones de alternativas gastronómicas y locales comerciales para comprar souvenirs, entre otras cosas.

    Cómo llegar y cómo moverte en Buzios
    • Para llegar a Buzios hay dos maneras: en avión hasta Cabo Frío, que queda a tan sólo 25 kilómetros, o hasta Río de Janeiro, ya un poco más alejado, a 180 kilómetros, unas dos horas y media/tres de viaje en auto. Podés hacer el trayecto en taxi, transfer o bus. Si vas con chicos, te recomiendo que vayas en un auto que pueda llevar solamente a tu familia, ya que los transfers van con más gente, tienen horarios de salida preestablecidos (que pueden no coincidir con el horario de arribo de tu vuelo) y van parando en distintos hoteles para dejar a sus pasajeros, por lo que el trayecto se puede hacer más pesado.
    • Hay taxis para moverte en la ciudad y también los hay acuáticos, que son lanchitas que te llevan de playa en playa. También podés alquilar un buggie pero nosotros preferimos movernos en Uber, que es mucho más barato y funciona perfecto. (Sacá un plan de datos para tener conexión en todos lados, porque la vas a necesitar). También hay combis (que vendrían a ser como nuestros colectivos) con paradas establecidas.
    Marina Posse

    Marina Posse

    Marina es Licenciada en Comunicación Social, escritora y codirectora de Cambio de Aire. Sus relatos de ficción en escenarios reales recorren lugares de la Argentina y el mundo. Leé más de sus historias en su blog personal en FBK @bienvivida y en IG @bienvivida_

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